El 14 de noviembre de 2007, un terremoto grado 7,7 en la escala de richter, con epicentro a 35 km al este de Tocopilla, dejó un saldo de dos muertos, un centenar de heridos y quince mil personas damnificadas en la nortina ciudad.
El 43% de las viviendas quedaron inutilizables y el 45,9 % con daños estructurales. En un minuto y medio, Tocopilla se vino abajo y en pocos días se transformó en una ciudad campamento. La planificación de la reconstrucción, con con un llamado: “Tocopilla, levántate y anda”.
Cada catástrofe trae consigo una oportunidad. Si bien Tocopilla no volverá a ser la misma de antes, su renacimiento trajo nuevos aires. Tan sólo a 13 meses del terremoto que sacudió a la ciudad nortina, las familias damnificadas ya estaban eligiendo sus nuevas casas, para toda la vida y sin un crédito de por medio.
No se trataba de soluciones transitorias o casas de emergencias, sino de viviendas industrializadas que permiten un mejor y más rápido montaje, además de asegurar durabilidad y eficiencia térmica.
Ese hito, nos permitió ser citados por varios medios como “expertos en reconstrucción”, luego en varias regiones sureñas, tras el terremoto del 2010. Ya poseíamos la experiencia del 2007 e incluso posteriormente fui invitado a la Cumbre Ekos de Ecuador, justamente para hablar de la reconstrucción en Chile.