La historia de nuestros ancestros puede ser increíble. En un anterior post les hablaba del origen del apellido Martabid, ahora creo es buen momento para contarles el caso de mi madre: Georgette Razazi Jaduri, una de las matriarcas de la comunidad Árabe-Siria de Osorno.
Con permiso de su respetuosa memoria, puedo contar que ella fue la tercera de 6 hermanos que viajaron a un nuevo mundo, sin vivienda fija ni domicilio permanente. Nació en Alejandría en pleno genocidio Armenio y llegó a Chile en 1929 con sólo un mes de vida, en compañía de sus padres y hermanos mayores, todos originarios de la ciudad de Diyarbakir (sudeste de Turquía); lo que explica el porqué de su pasaporte turco. La familia era de origen cristiano árabe.
Los cristianos árabes son cultural y lingüísticamente árabes y seguidores de la fe cristiana. Ya tenían presencia en el mundo árabe antes del surgimiento del islam y su expansión por Asia y África en el siglo VII.
Es importante precisar que los cristianos árabes han hecho importantes contribuciones a la civilización y todavía lo hacen. Algunos de los más grandes árabes poetas, médicos, escritores, funcionarios de gobierno, músicos y gente dedicada a la literatura han sido árabes cristianos. (ver wikipedia).
En Chile, la comunidad está compuesta por armenios inmigrantes y sus descendientes. La mayoría hizo de Chile su nueva casa y su nueva patria, producto de la Primera Guerra Mundial y del genocidio armenio. Muchos de los que llegaron a comienzos del siglo XX, abandonaron Siria y el Líbano, entonces provincias del Imperio otomano.
Su Vida en Chile
«Ella era una de las pocas personas de la original comunidad Árabe-Siria que quedaba con vida en Osorno, por lo que se le consideró una de las matriarcas», detalló mi hermano Melcon Martabid Razazi, el año 2011, cuando lamentablemente falleció, a los 82 años. (ver nota de prensa)
Hacía dos décadas que estaba viuda. «Con 60 años recién cumplidos, tuvo que enfrentar el futuro con hijos aún adolescentes. En ese momento se hizo cargo de su familia y lo hizo muy bien, por lo demás. Adoptó un papel de guía dentro de sus hijos y gracias a eso hoy tenemos una familia unida e íntegra. Eso demuestra que hizo bien su trabajo», señaló mi hermano a las noticias del Diario Austral.
Me atrevo a confirmar que mi mamá fue siempre una persona que veló por la unidad de la familia, preocupada de brindarnos un beneficioso ambiente de unidad grupal en la casa y además muy comprometida con las instituciones de beneficencia en las que formó parte.
Así es, Georgette Razazi Jaduri se caracterizó por perseguir siempre una buena causa. Su mejor obra fue el formar parte de varias instituciones de caridad en Osorno. Una de ellas fue la Cruz Roja, donde fue presidenta, además del Centro de Damas Árabes «Amor al Prójimo”.
Esto último quizás explica en parte muchas de nuestras acciones solidarias, como empresario y como personas con amplia responsabilidad humana hacia el entorno que nos rodea; deseosos de honrar con actos, la generosa e intrépida memoria de nuestros predecesores.